viernes, 23 de diciembre de 2016

NOTA SOBRE EL ETERNO RETORNO Y EL SÍ A LA VIDA

Mi abuelo paterno era antinietzscheano: decía en sus últimos años que si le ofrecieran la repetición de su vida, la rechazaría. Había pasado muchas fatigas por ser obrero. Yo, que he pasado más padecimientos psicológicos que la hostia, si me volvieran a ofrecer mi vida, la aceptaría con entusiasmo. Para volver a vivir los momentos de alegría exaltada, que, como decía Nietzsche, quieren profunda, profunda eternidad.

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