En honduras de pueblo aletargado,
en veladas de exaltaciones
rotas
por el amor irónico burlado,
allí
donde a menudo sucedía
vida tonta de parejas
idiotas,
ignorantes
del dolor exaltado,
un bareto de jóvenes había.
Vino
malo y las obras no leídas
y las
borracheras repetidas
eran
el aliciente del jaleo,
pero también las burlas
engreídas
de
vulgares muchachas no queridas
acabaron en dolor del deseo
y
soledad cierta fue tu trofeo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario