viernes, 27 de marzo de 2015

AFORISMOS RELIGIOSOS PARA EL VIERNES DE DOLORES




Respeto y me gusta la religión cuando es mitología, poesía, filosofía o teología, incluso cuando es “ideología”; desprecio la religión cuando queda reducida a filantropía o psicología

El pre-romántico Johann Hamann oponía un "Dios poeta" al "Dios geómetra" de los deístas racionalistas. Que existiera un Dios poeta estaría bien;que existiera un Dios geómetra podría ser terrible.

En la vivencia estético-emocional de la religión hay momentos que van más allá de todo lo ideológico.

Si la vida pudiera no girar alrededor de la producción y el consumo de mercancías, la religión no desaparecería sino que se purificaría de ideología.

Rechazo al Dios burgués que los filisteos idean como garantía del orden y la tranquilidad y la supuesta normalidad racional de sus vidas.

 El cristianismo y la filantropía moderna son dos cosas diferentes aunque muchos hoy las mezclan. Ver "El resentimiento en la moral" de Max Scheler

"Doquiera reluce el Sol católico
Siempre hay alegría y buen vino tinto.
Al menos esa es mi experiencia
¡Bendigamos al Señor!"

Hilaire Belloc


" Aunque Dios no existiera, la religión seguiría siendo santa y sagrada". Charles Baudelaire

lunes, 23 de marzo de 2015

BREVE NOTA SOBRE LOS LLAMADOS "DELITOS DE ODIO"

El que atente contra los derechos fundamentales de las personas por cualquier motivo debe ser juzgado y condenado penalmente; lo mismo que quien incite a atentar contra esos derechos. Pero no estoy de acuerdo con que se penalice el expresar opiniones o gustos personales acerca de personas o colectivos. Hay que saber distinguir entre el plano de los derechos fundamentales, que no pueden ser negados a nadie, y el plano de las preferencias personales sobre personas o grupos de personas social o naturalmente determinados. Si yo me mantengo respetuoso, y actúo en consecuencia, acerca de los derechos que toda persona tiene en tanto sujeto civil y político, se me tiene que reconocer el derecho a pensar lo que quiera sobre personas o colectivos en tanto sujetos psicológicos o culturales y a poder expresarlo. Siempre que respete y reconozca la igualdad jurídica de todos en cuanto al reconocimiento de los derechos fundamentales de la persona, yo puedo pensar y opinar lo que quiera sobre los hotentotes, los esquimales, los europeos o los judíos, los blancos o los negros, los hombres o las mujeres, los homosexuales o los  heterosexuales, los manchegos, los murcianos o los gallegos; no en tanto sujetos políticos y civiles de derechos, sino en tanto colectivos con un modo de vida o con características culturales, sociales o naturales determinadas o que yo les atribuya. Expresar mi opinión personal sobre cualquiera de esos colectivos, siempre que no incite a atentar contra sus derechos fundamentales sino que me limite a juzgar sus modos de vida o las características naturales o culturales que yo crea ver en ellos, no puede ser criminalizado.

lunes, 9 de marzo de 2015

PROYECTO DE ANÁLISIS DE LA DERIVA ULTRACATÓLICA Y ULTRARREACCIONARIA. DE JUAN MANUEL DE PRADA







Sería muy interesante hacer un análisis crítico en profundidad de la deriva ideológica ultracatólica y ultrarreaccionaria del conocido literato, Juan Manuel de Prada. Su diagnóstico de la sociedad demoliberal de capitalismo avanzado me resulta muy sugerente (empleo solo la afirmación de un parecer subjetivo porque he renunciado ya a sostener que en los juicios de valor sobre realidades histórico-culturales se pueda tratar de algo así como la verdad objetiva). Pero habría que hacerle ver que la causa de la  miserable situación de las masas en esa sociedad está en la dinámica cultural que es propia del capitalismo y no en su "apostasía" en relación a sus anteriores creencias y observancias cristianas o específicamente católicas. Y el remedio no puede ser la vuelta a una sociedad católica premoderna y preilustrada. Pero el desmontaje real y sin reformismos populistas del capitalismo tampoco parece factible, por lo que solo queda la salvación cultural individualista, que cuenta entre sus condiciones las posibilidades de emancipación personal ideológica abiertas por la Modernidad y la Ilustración, posibilidades que las masas no aprovechan sino que se dejan caer en una nueva mitología de la pseudofelicidad y en la barbarie de la más absoluta vulgaridad vital, intelectual y espiritual. Pero ese es su problema, el de las masas.