A una dama de la que el poeta estuvo enamorado
(1999)
Atípica burguesa no querías,
tras pecado de tu creyente amado
e infrecuente de la goma fallo,
acudir a la urgente vicaría.
Pero ahora ya con niño y futbolero,
aunque leas a Delibes todavía,
maruja vulgar eres objetiva,
y aunque ciencia estudiaras largo tiempo.
Eres de frívolo temperamento,
pues cuando malhablada me dijiste
lo mucho que te gusta tu galeno
también entonces allí me admitiste
que a ese tu aplicado filisteo
sin amarlo primero lo elegiste.