domingo, 10 de marzo de 2013

PEQUEÑO DESAHOGO DOMINICAL

Considero que el utilitarismo y el pragmatismo son posiciones filosóficas muy a tener en cuenta, sobre todo para no dejarse enredar por la metafísica de la verdad, pero no soporto el utilitarismo y el pragmatismo filisteos y alicortos que caracterizan al pequeño burguesismo ideológico y psicológico que domina la sociedad actual y especialmente el entorno en el que vivo. Me subleva especialmente el utilitarismo hipócrita que es propio y esencial de la religiosidad social que percibo en mi circunstancia. Respeto profundamente los aspectos irracionales, estético-emotivos y festivo-populares de la religión católica, y creo que es una cuestión muy interesante, y a la vez muy delicada, el problema del enraizamiento comunitario que plantea la pertenencia a la confesión católica, pero la religión modernizada que hoy está extendida por los sectores burgueses y pequeño-burgueses se apoya en motivaciones de cálculo racional utilitario de cara a la adaptación y el éxito sociales intramundanos que contradicen lo auténticamente religioso, que tiene que ver precisamente con una potenciación de lo no sometible al cálculo racional de una vida normalizada e inmunizada frente a todo riesgo existencial.