lunes, 7 de enero de 2013

LISTA DE AUTORES QUE PRETENDE SERVIR DE SUGERENCIA PARA EVITAR LA PSEUDOCULTURA

Voy a poner aquí mi lista favorita de autores que considero representantes de una pseudocultura que es mejor evitar para no caer en el horterismo cultural. Espero que no se entienda esta lista como una muestra de elitismo intelectual o como la expresión de un deseo de ofender a quien pueda sentir interés por alguno de los autores citados. No es tampoco un intento de hacer pedagogía o de convertirme en salvador de despistados culturales. Sólo intento expresar unas valoraciones que uno tiene ganas de hacer ante lo que se ve cada día en lo que respecta a lo que le gusta a la gente. Creo que es humana, y éticamente correcta, la pretensión de desenmascarar lo que uno cree que engaña a la gente. Si alguien no está de acuerdo con mi lista o piensa que me baso en prejuicios, que me lo diga y lo discutiremos. Voy a dividir esta lista en cuatro apartados: el psicológico, el filosófico, el literario y el científico (o, mejor dicho, el relativo a la divulgación científica). Faltaría un apartado dedicado a la historiografía, pero como ahí entraríamos en discusiones de baja política y ahora no tengo ganas de ello, prescindo de este apartado que habría que dedicar a algunos historiadores. 1. Apartado psicológico -El psiquiatra conservador Enrique Rojas y el psiquiatra progresista Luis Rojas Marcos, maestros, tanto uno como otro y a pesar de sus diferencias ideológicas superficiales, de la trivialidad psicológica y de la ideología de la felicidad adaptativa y reductora del individuo a su funcionalidad social normalizada. Sobre Enrique Rojas recomiendo la crítica de una de sus obras (precisamente la dedicada a la felicidad) que hace Gustavo Bueno en la pgs. 18-19 de su libro “El mito de la felicidad”, libro éste de Gustavo Bueno que creo que se puede encontrar gratuitamente on-line. -El también (creo) psiquiatra Claudio Naranjo, portavoz de las naderías y las monsergas pseudopersonalistas (o simplemente personalistas pero de bajo nivel) de una psicología llamada trans-personal o gestáltica o algo así. Hace poco leí una entrevista con este señor en una revista de esas esotéricas (también de gran nivel intelectual) donde defendía unas ideas pedagógicas de libertarismo bien-pensante y a la vez radical que creo que ya han hecho suficiente daño al sistema educativo como para que alguien se atreva a defenderlas todavía. -En este apartado ni que decir tiene que incluyo a autores de la calaña de Paul Coelho o Jorge Bucay, auténticos farsantes del “trascendentalismo” psicológico. 2. Apartado filosófico -Me voy a arriesgar a decir que tengo serias dudas, con ciertas salvedades, sobre el valor filosófico de la obra de María Zambrano, cuya “razón poética” me huele (sólo me huele, porque no la he leído a fondo, a pesar de que lo he intentado) a sensiblería filosófica. -Otro caso es el de José Antonio Marina. Este autor parte de lo que parece un buen aprovechamiento de su formación académica, y sospecho que en sus primeras obras sobre el ingenio y la inteligencia podrían encontrarse algunas ideas interesantes, pero ha terminado convirtiéndose en un sermonero y autor de libros de autoayuda filosófica, y además últimamente, no sé si por interés material o por ilusión pedagógica, promueve proyectos absolutamente inútiles de pedagogía social como una “escuela de padres” o algo así. A Marina habría que recordarle lo que dijo Hegel: la filosofía ha de guardarse de ser edificante. Y en todo caso, la obra de este autor muestra lo problemática que es la orientación psicológica de la filosofía. -Un caso que se podría comparar al de Marina es el de Erich Fromm, que comenzó con un freudomarxismo incluido en el proyecto crítico de la Escuela de Frankfurt (aunque el alcance filosófico y crítico-sociológico de esta Escuela va mucho más allá de lo que es estrictamente el freudomarxismo), pero que terminó convertido también en sermonero, que es como expresamente le llamó Marcuse, con su ideología amorosa ocasionada por la renuncia a la radicalidad de la teoría de los instintos de Freud y su sustitución por una psicología ideológica del yo. En todo caso, Zambrano, Marina y Fromm pueden pertenecer a una cultura intelectual de medio pelo (mid-cult) y no directamente al género ínfimo de la pseudocultura ideológica al que pertenecen los autores del anterior apartado psicológico. 3. Apartado literario Aquí la lista sería interminable. Sólo indicar, y espero que se tome como una amistosa advertencia y no como una muestra de autosuficiencia intelectual, que no perdáis el tiempo leyendo best-sellers y las consabidas novelas históricas que hacen ahora como churros. Si os ponéis a leer literatura id hacia los clásicos y hacia la literatura que es valorada positivamente por los críticos académicos. Aunque aquí se plantean dos problemas: el del “esfuerzo” que requiere la literatura seria y el problema de la autoridad de la crítica y la academia universitaria sobre los gustos personales privados, problemas que no puedo tratar aquí. 4. Apartado científico En este apartado basta con citar un solo nombre: Eduardo Punset. Sé que a algunos de vosotros os puede gustar, pero de todas formas no puedo ocultar el profundo rechazo que siento hacia este señor, en el que la ideología cientificista, que tantos estragos hace en nuestra sociedad, se mezcla con ,lo que podríamos llamar el simple horterismo pseudocientífico. Habría que hacer un análisis y una crítica ideológicos en profundidad del discurso de este señor, por lo significativo que es acerca de la visión de la realidad y de la vida que tiene mucha gente. El mesianismo cientificista de Punset y las conclusiones pseudocientíficas que saca de los avances de la ciencia, amén de sus toques de gurú pseudoprogresista, son pura ideología con efectos políticos desastrosos sobre la conciencia de mucha gente. La propia comunidad científica y la comunidad académica humanística deberían prestar más atención a este fenómeno y desenmascararlo. Conclusión Esta lista es sólo un ejercicio de valor más o menos subjetivo que a mí me gustaría poder sustituir por una crítica más objetiva y en profundidad de la pseudocultura de nuestro tiempo. Pero como no tengo ni energías ni capacidad para ello, hay queda esta simple enumeración de autores que considero embaucadores y vendedores de humo o dudosos en cuanto a su calidad intelectual. Repito que no quiero ofender a nadie al que le puedan gustar algunos de los autores citados sino sólo expresar unas opiniones que no puedo expresar de otra manera ni en otro lugar y que considero que pueden ser orientativas para algunos.