domingo, 2 de enero de 2011

A PROPÓSITO DEL "DÍA DE LA FAMILIA"

El auténtico cristianismo no tiene nada que ver con ninguna ideología humana sea conservadora o progresista, burguesa o no burguesa. El auténtico cristianismo procede de la identificación de Dios, en la Encarnación y en la muerte de Jesucristo en la Cruz, con todo lo que según la lógica de este mundo está fracasado y es desechable y despreciable, e incluso está maldito, como era considerado maldito, en tiempos de Jesús y en su tierra, quien moría en la Cruz. Usar la religión cristiana para darles la seguridad a ciertas personas de que ellas son justas por profesar determinada ideología humana (burguesa en el caso de la ideología familiar, pero eso es lo de menos) no sólo no tiene nada que ver con el cristianismo sino que es más bien anticristiano. La justificación del hombre, según el auténtico cristianismo, proviene sólo de la Gracia de Dios recibida por el hombre por la única mediación de la muerte de Jesucristo en la Cruz y no de la bondad social de cualquier ideología humana que en todo caso podrá ser todo lo funcional y útil socialmente que se quiera y podrá servir todos los fines humanos de contención y encauzamiento del animal humano que se quiera, pero que estará, como todo lo humano, contaminada por la relatividad de todo lo que procede de la naturaleza caída del hombre.
Por otro lado, es una total ilusión creer que la marea de materialismo y antiespiritualidad que hoy anega al mundo puede ser contenida fortificando el islote de la familia. Si la Iglesia católica quiere enfrentarse a esa marea debe convertirse decididamente en una fuerza espiritual antimoderna, y esto significa concretamente rechazar el capitalismo, el liberal-democratismo y la tecnociencia.